Valeria Malev

Valeria es esa chica que se hace querer por su espontaneidad y su entusiasmo en general; es una mente curiosa e inquieta y eso se refleja en todos sus actos. Siempre está investigando, analizando detalladamente a todo el que la rodea, bebiéndose las palabras que oye para aprender algo nuevo cada día. Le encanta recitar datos que va recordando cuando le hablan, y regodearse en la sensación de superioridad que siente cuando la gente se impresiona ante su vasta cultura: después de todo una no pasa toda su infancia siento educada en un caserón de campo sin leer todos los libros que pueda encontrar para entretenerse.

Tiende a ser un poco difícil al principio, ya que puede resultar arrolladora por su fuerte carácter y su necesidad de protagonismo constante, que en realidad solo es para ella una forma de cariño. Si la quieres, le demuestras que la admiras para hacerla feliz, y si consigue impresionarte, sonreirá todo el día.

A pesar de esta etapa que no todo el mundo supera, cuando se la conoce bien Valeria es todo una mezcla explosiva. Por un lado es tan alegre y enérgica que cuesta seguirle el ritmo, y a veces sus prisas y su cerebro saturado de información la hacen atropellarse. Puede demostrarlo siendo muy torpe a la hora de hablar, metiendo la pata hasta el fondo sin darse cuenta, pecando de sincera, siendo muy obvia cuando miente, o incluso dejando escapar alguna costumbre o palabra poco apropiada que deja al aire su identidad familiar.

De otra parte, tiende a ser más dura, crítica e inclemente con sus amigos, que serán el blanco de sus afecciones sarcásticas, sus burlas y sus palabras más hirientes, pero no es más que una forma de demostrarles su aprecio. A Valeria no le gusta perder tiempo en bobadas, y ayudar a alguien a crecer y madurar significa que confía en que ese alguien aprovechará su sabiduría Puede ser un buen hombro en que llorar, ya que ha tenido tiempo para ver de todo y no va a juzgar ya nada, pero puede resultar un poco pesimista y cargante en ocasiones.

Cuando se siente verdaderamente interesada por alguien, le gusta que le pongan en bandeja un buen reto, una persecución, un duelo de intelectos. Ella misma se muestra misteriosa, segura y platónica cuando desea picar la curiosidad de una persona; sus días en esta tierra le han enseñado más sobre seducción que cualquier libro, película o persona. De todas formas, suele ser mujer de amantes pasajeros, ya que todo pasa y todo vuelve en la vida y no está interesada en los afectos y pesares de alguien con los días contados, porque sabe perfectamente que los de su casta se aparean una vez, para siempre, y la asusta acercarse a alguien, descubrir que es su media naranja y verse rechazada.

Sobre sus enemigos no hay mucho que decir; son pocos, y tienen sus motivos. Valeria puede ser muy retorcida cuando se lo propone, y con su gran orgullo y su sentido ridículamente exagerado de la justicia y la educación -porque Valeria es una señorita refinada, ante todo- es casi demasiado fácil hacerla morder el anzuelo. No le cuesta odiar, pero sus enfados son pasajeros, como todo, porque ha entendido que no vale la pena lanzar maleficios y guardar rencores por rencillas estúpidas. Para conseguir la inquina absoluta de esta chica es necesaria mucha paciencia y determinación, aunque la manera más fácil de llegar ahí es meterse con la gente que le importa o demostrar ignorancia, necedad, regocijo en la falta de conocimiento; presumir de la falta de saber o ridiculizarlo es para ella una ofensa casi tan grave como matar a su familia, o incluso más... Valeria no va a negar que hay quien lo merece.

Valeria nació y pasó parte de su infancia, solo los primeros años, en Belice. Allí, el clan vivía en paz en los bosques espesos y tropicales, lejos de las miradas curiosas de la civilización, y aprendían a controlar sus dones sin ser molestados. Las leyendas locales eran suficiente para mantener a la gente alejada del corazón de la selva, donde se habían asentado ya años atrás.

Valeria es la tercera de cinco hermanos y hermanos, todos ellos licántropos, y la menor de los tres hijos de Mario Firak, aunque, por sus dotes de líder, la primera en línea sucesoria a matriarca del clan Malev.

Durante sus primeros años de vida, Valeria fue cuidada por su hermana Martina y su hermano Héctor, quienes, al ser mayores, la enseñaban a controlar sus habilidades desconcertantes, la entrenaban y la ayudaban en las primeras lunas llenas. Por lo demás, sus padres y especialmente su tío Niko les proporcionaron educación, ya que preferían no llevarlos al colegio por lo que pudiera pasar.

Valeria era muy pequeña cuando su padre falleció a causa de una enfermedad endémica grave para la cual no pudo recibir tratamiento alguno. Prontamente, la familia Malev decidió mudarse, preocupada porque alguno de lo niños humanos de la camada contrajesen afecciones similares y perdiesen la vida. Mediante numerosos contactos, los Malev, cuyas raíces se encuentran en algún lugar entre Europa del este y la costa mediterránea, consiguieron de forma acelerada la nacionalidad estadounidense y se mudaron de inmediato.

A la edad de nueve años, Valeria comenzó su educación en un colegio, para comenzar a rodearse de niños antes de entrar en la pubertad y poder controlar mejor sus instintos ante situaciones de riesgo o de sobrecarga sensorial. Rápidamente se dio cuenta de que había ido a parar a una ciudad atestada de licántropos, vampiros, brujas, en definitiva, un epicentro de lo sobrenatural.

Poco a poco la relación con su hermana empezó a deteriorarse cuando Claudia Malev comenzó a mostrar un favoritismo en detrimento de Martina, y en los años posteriores a la muerte de Mario, Héctor se distanció muchísimo de las pequeñas y se volvió cada vez más cínico.

Actualmente Valeria estudia Derecho en la universidad estatal, donde es bastante popular para bien y para mal.

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